MILLENIUN

lunes, 28 de noviembre de 2016

LA GENERACIÓN DE LOS HIPERSENSIBLES

  
Los jóvenes de hoy se ahogan en un vaso de agua. Pese a que son mucho más preparados, se derrumban fácilmente y no toleran críticas. Esto dicen los expertos sobre este fenómeno. Son más preparados, tienen más títulos y parecen muy dispuestos a luchar por sus ideales en un mundo lleno de retos. De hecho, los jóvenes de hoy son más independientes en lo político y abrazan la diversidad. Pero suele haber individuos vulnerables tras esa coraza, que se derrumban ante cualquier problema. En el mundo anglosajón los llaman la generación snowflake, porque son tan frágiles como un copo de nieve. Los expertos afirman que los mileniales, jóvenes nacidos entre 1980 y 1995, que hoy en día representan un gran sector de la población mundial, protagonizan esta tendencia. De hecho, un estudio de Pew Research reveló que esta es la generación que menos valora la libertad de expresión, pues cerca del 40 por ciento se inclina por censurar discursos que puedan ser ofensivos.
Según Claire Fox, directora del Instituto de Ideas en el Reino Unido y autora del libro I Find That Offensive!, muchos en esa generación no pueden lidiar con puntos de vista distintos a los suyos, y no toleran las críticas a pesar de que sean válidas. “Reaccionan agresivamente porque creen que tienen derecho a hacerlo y además exigen disculpas si llegan a sentirse ofendidos”, afirma la autora. Esta conducta quizás se exacerba porque buscan luchar por el respeto a la individualidad, a la aceptación de las diferencias, y en ese contexto las críticas pueden percibirse como una agresión a la libertad. “Esto los hace hipersensibles a cualquier observación sobre sus comportamientos y muestra una exigencia a veces exagerada de recibir un trato de igual a igual”, dice la psicóloga María Elena López.
Este fenómeno ha sido particularmente visible en las universidades de los países del primer mundo. Las instituciones más tradicionales han prohibido a varios profesores opinar sobre temas políticos, de raza o género porque es preferible proteger a los alumnos de supuestas agresiones. Por ejemplo, Andy Martin, profesor de la Universidad de Cambridge, fue víctima de esta generación de hipersensibles. Un día hizo en clase un chiste de doble sentido y varios estudiantes salieron a protestar. Algo parecido ocurrió en la Universidad de Oxford, donde varios alumnos crearon una campaña en Twitter con el hashtag #RhodesMustFall, para derribar la estatua de Cecil Rhodes, pues la presencia en el campus de un monumento en honor de ese personaje racista resultaba ofensiva.
Chris Patten, rector de Oxford, definió el fenómeno como una situación preocupante que va en contra de la idea misma de universidad. “Está claro que debe haber límites como no promover el odio y la violencia, pero es incomprensible que los estudiantes y algunos profesores quieran protegerse de las visiones que no les gustan mediante la censura y la intolerancia al debate”, dice.
En Colombia y América Latina no se conocen casos tan extremos, pero en redes sociales sí hay manifestaciones de jóvenes que en Facebook y Twitter expresan con mucha frecuencia y vehemencia sus puntos de vista. Esto muchas veces no genera un debate sano, sino una lucha basada en la agresión. Debido precisamente a la intolerancia y la hipersensibilidad de la mayoría, que los hace ver como personas políticamente correctas. No en vano esta generación se caracteriza por ser muy individualista y el uso constante de las redes sociales potencia ese egocentrismo. Algunas investigaciones hablan de un narcisismo exagerado donde “la imagen que proyectan en sus cuentas de Facebook, Twitter e Instagram son muy importantes. Las selfis y los ‘likes’ son criterios para medir su aceptación y reconocimiento”, dice López.
Pero también son muy vulnerables a frustrarse por cualquier revés del destino y todo les duele el doble. Ante el más mínimo tropiezo se echan a la pena. Los expertos creen que los grandes culpables son los padres, pues educaron a sus hijos en medio de una burbuja en la que nada les falta y en donde no tienen que esforzarse demasiado. Esto los vuelve alérgicos a los fracasos y las críticas, y los hace sentir especiales, delicados y únicos. Ben Machell, columnista del diario The Times de Londres, dice que además creen que cada sentimiento y capricho es válido, y fuera de eso se empecinan en que los demás no tengan que experimentar desilusiones o contradicciones en un mundo lleno supuestamente de ‘malas opiniones’.
Lo anterior se debe también a que los papás perciben el mundo como un lugar cada vez más inseguro y deben darles cuidado extra a sus hijos. Esto provoca un nivel de sobreprotección bastante grande. Por eso quizás los jóvenes son menos resilientes, o en otras palabras, son más débiles ante las adversidades y les cuesta más superar las dificultades. Probablemente “estos patrones de crianza están asociados a esquemas de educación más abiertos y, en muchos casos, más laxos”, dice López.
Esto se suma a que los jóvenes de hoy tienen demasiadas presiones encima. Deben estar muy bien preparados a nivel académico para ser exitosos y en su apretada agenda está también convertirse en activistas contra el cambio climático, el racismo y la discriminación de género, entre otras cosas. Esa vulnerabilidad, dice Fox, también se debe en buena medida a que son la primera generación que no puede escapar a los problemas de estar hiperconectados a los celulares y al modo de vida del siglo XXI. “Deben manejar una identidad alterna en las redes sociales donde puedan comunicarse y discutir durante horas sobre X o Y situación. Terminan exhaustos”, dice la autora Susanna Schrobsdorff.
El fenómeno ha producido una epidemia de ansiedad y depresión. Así lo advirtieron varios psicólogos en el artículo de portada del número del 27 octubre de la revista Time. Allí explican que esta generación llena de contrastes ha vivido como nadie los veloces avances de la tecnología, la apertura y la globalización, pero también de las crisis de violencia política y religiosa, la corrupción, las brechas sociales y el cambio climático. “El hecho de vivir estas transformaciones debería hacerlos más fuertes, pero no parece ser así. Muchos se muestran más vulnerables y sensibles a estas amenazas para la sociedad que además les generan miedo e incertidumbre”, dijo López a SEMANA.

Ante este panorama, los expertos se preguntan si esta generación es mejor o peor que las anteriores. Todos coinciden en que no es fácil dar una respuesta clara al respecto, pues como las demás tiene sus pros y contras. No cabe duda que los mileniales tienen un potencial para ser unos abanderados genuinos de un mundo mejor para todos, pero les falta ser más condescendientes e imponer sus modos de pensar de forma democrática y respetuosa. También recomiendan que en las casas y en los colegios se promuevan clases o lecciones de resiliencia, pues está comprobado que quienes desarrollan esta habilidad tienen mayor equilibrio frente a situaciones difíciles.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Mediocres niveles de lectura y escritura entre los jóvenes colombianos


Un reciente estudio de la Red de Lectura y Escritura en Educación Superior, que lidera la Universidad de La Sabana, afirma que los estudiantes de primer año en la universidad no saben escribir un ensayo, tienen mala ortografía y carecen de competencias en comprensión de lectura.

La investigación asegura que en el bachillerato los alumnos no desarrollan las habilidades lingüísticas necesarias que les permiten tener un conocimiento básico en el manejo de la lengua española, razón por la cual se les dificulta enfrentarse a textos de mayor nivel académico, tanto para leerlos como para escribirlos.Según Mariano Lozano, profesor del Departamento de Lengua de la Universidad de La Sabana y uno de los principales investigadores del estudio, “el estudiante, por lo general, es muy descuidado con la ortografía, especialmente con la puntuación y acentuación. En el bachillerato, en clase de español o literatura, poco se le enseña el manejo de las normas ortográficas”, dice.  El estudio evidencia que los alumnos no encuentran diferencia entre el proceso de lectura que desarrollaron en el colegio y el que van a empezar a realizar en la universidad. El informe, por ejemplo, indica que los jóvenes no son capaces de redactar textos críticos.  
Rajados en las pruebas internacionales 


Según los más recientes resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) que evalúa a estudiantes de quince años de edad en tres áreas específicas: lectura, matemáticas y ciencias naturales; en competencia de lectura el 47% de los bachilleres colombianos está por debajo del nivel mínimo de la prueba o Nivel 2. “Ellos leen, entienden e infieren, pero cuando llegan al proceso de la lectura crítica a través del texto se les complica la situación”, señala Lozano.


Otras pruebas internacionales, como PIRLS (Estudio Internacional del Progreso de Competencia Lectora) que se realiza en 48 países y nueve regiones alrededor del mundo, y que en el último estudio evalúo a 3.966 alumnos con edades entre 9 y 10 años, en más de 180 establecimientos educativos, confirma que el nivel de desempeño en competencia lectora es muy bajo, teniendo el estudiante un puntaje promedio de 448 (nivel bajo) de 675 (nivel avanzado) lo que repercute en el bachillerato en una comprensión deficiente del proceso de lectura. Para Lozano, otro problema que influye en las falencias que tienen los alumnos, consiste en la deficiencia de las políticas institucionales para el desarrollo de procesos de lectura y escritura desde la educación media en Colombia. “Es cierto que se hacen procesos de lectura y escritura, porque se tienen establecidos en los programas, pero hace falta una política que determine esta competencia como tal”, comenta.De otra parte, Juan Carlos Vergara, director de la Maestría en Lingüística Panhispánica de la Universidad de La Sabana, sostiene que, aunque el esfuerzo de los docentes de español o lenguaje es notorio, este no es suficiente. “Si el estudiante tiene la fortuna de tener un muy buen docente de lengua, llega a la universidad con muy buen nivel”, dice. Aunque esta investigación arrojó que el nivel de lectoescritura de los estudiantes no es alto, el Ministerio de Educación Nacional encontró que, pese a que los estudiantes colombianos ocuparon los últimos lugares en los resultados de las recientes pruebas PISA, el área en que menos mal les fue está relacionada con la lectura. Es decir, como lo concluye Lozano, no somos malos sino muy mediocres.  
                                                                                                                               Semana  22/11/2016 

domingo, 6 de noviembre de 2016

Así se busca empleo en LinkedIn

La conocida red social de contactos profesionales y de búsqueda de empleo LinkedIn está implementando de forma paulatina en varias regiones del planeta una nueva función, que le permite al usuario –actualmente ocupado– buscar trabajo sin que su empleador se entere. El cambio obedece a que el modelo original, que aún se mantiene en países como Colombia, no impide que los jefes sepan que sus subalternos están interesados en cambiar su rumbo laboral, lo que constituye una situación bastante incómoda, y muchas veces contraproducente, para estos últimos.
Esta nueva herramienta está disponible en Estados Unidos, Canadá, Australia y algunos países de Europa, aunque la intención de la firma, como se ha conocido por medio de distintos portales especializados en tecnología, es integrarla a la red en el resto del planeta. LinkedIn aún no ha publicado una fecha concreta para su implementación en este lado del globo.
¿Cómo funciona? Para hacer esta búsqueda oculta hay que ir a la pestaña de ‘Empleos’, luego hacer clic en ‘Preferencias’ y activar la opción ‘Open candidates’ –se puede habilitar o desactivar cuantas veces lo requiera el usuario–. Así mismo, la función permite realizar múltiples ajustes, como el tipo de empresa o de trabajo que se busca. Todo lo anterior funciona para las versiones de dispositivos móviles y de escritorio.

Con este filtro, LinkedIn ofrece un listado de ofertas mucho más acordes con las expectativas de los trabajadores que quieren darle un vuelco a su vida laboral. Vale la pena resaltar que toda la información es visible solo para reclutadores de otras empresas. LinkedIn también empezó a implementar recientemente una herramienta que les permitirá a sus usuarios calcular el salario ideal de acuerdo con sus estudios y su experiencia.