MILLENIUN

miércoles, 1 de julio de 2015

¿Y si se permite a empleados del país tomar vacaciones cuando quieran?

En una de las páginas de una reciente edición de la revista 'Avianca', un hombre sonriente sostiene una ficha de Lego en sus manos. Él, un joven que mezcla la elegancia y la comodidad, "mira al lector". Llaman la atención sus tenis de colores vivos y su cuidadoso peinado. Se trata de Luis Javier Gómez, el colombiano que trabaja como diseñador de producto en Lego, la empresa de juguetes danesa famosa por los bloques de plástico que conectan millones de niños en el mundo.

Luis comenzó diseñando un modelo de 954 piezas en la sección de 'Star Wars'. Luego de contar que debe asistir a capacitaciones y cumplir determinadas tareas ─para su proceso creativo─ como ir a museos e interesarse en aparatos que "nada tienen que ver" con su profesión; la periodista le pregunta qué tanto puede divertirse una persona que trabaja en Lego, y esta es su respuesta.
"En la oficina tenemos un tobogán para bajar de un piso a otro y hay un futbolín; uno puede hacer lo que quiera con su tiempo. Eso está basado en investigaciones que han hecho sobre cómo hacer a la gente más creativa, productiva y que se entusiasme con su trabajo. Tener un ambiente laboral así de tranquilo te ayuda muchísimo, porque cuando tú te metes mucho en un tema y no puedes hallar la solución, muchas veces la encuentras cuando tu cerebro está relajado. Incluso, cada uno de nosotros, debajo del escritorio, tiene una pistola NERF por si en cualquier momento alguien declara una guerra de espuma".
─¿Pero los directivos no se molestan con tanto juego?, le repreguntan.
"Nadie te está controlando en qué gastas tus minutos, aún si te fuiste a una sala a descansar o a jugar videojuegos frente a un televisor. Ellos confían demasiado en que tú trabajas tus horas y respondes por tus cosas, no importa si no estás nunca en el escritorio, si te la pasas en la biblioteca de fichas, en la tienda de empleados comprando cosas o en el parque 'Legolandia', divirtiéndote en las montañas rusas. Desde que vayas a las reuniones, cumplas con tu tiempo y logres tus metas, todo estará bien".
La historia de Luis podría parecerse a las experiencias que viven los empleados de las empresas estadounidenses Google ─la multinacional especializada en servicios y productos relacionados con internet, software, dispositivos electrónicos y otras tecnologías─ y Netflix ─la compañía de entretenimiento que proporciona 'streaming' multimedia por internet─. Ambas marcas tienen mucho en común: sus sedes principales están en California, donde su personal, al igual que Luis, disfruta laborar.
Además de los elevados salarios, Google ofrece gratuitamente a sus empleados el desayuno, el almuerzo y la comida, así como juegos y masajes. En las instalaciones hay servicio de lavandería, baños unisex, toboganes y piscinas.
Por su parte, a los empleados de Netflix no se les controla las horas trabajadas ─pero sí los resultados─ y pueden irse de vacaciones cuando quieran. Wilson Vega, el editor de EL TIEMPO que viajó a su sede, cuenta que no se ven corbatas ni tacones, y en las instalaciones hay un gimnasio, una sala de cine y dispensadores gratuitos de mecato, de memorias USB, audífonos para iPhones, mouse y teclados.
¿Cree posible que empresas colombianas evolucionen de esa manera? ¿La economía nacional permitiría esos cambios? ¿Sabe si su novio, su mejor amiga, su prima o su papá, estaría preparado para un ambiente laboral tan flexible?
El Tiempo Agosto 2015